SUFRIENDO POR CRISTO (1)

“Porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hechos 9:15).
 
Lectura: 2 Cor. 11:23-28.
 
¿Soy yo soldado de la Cruz, seguidor del Cordero, y tendré miedo de apoyar su causa, o me sonrojaré al confesar su Nombre?
 
¿Tengo yo que ser llevado al cielo en un lecho de rosas, mientras que otros luchan para ganar el premio, y navegan por mares de sangre?
 
¿Ya no hay enemigos que enfrentar? ¿No debo yo pasar por aguas profundas?
¿Acaso este mundo vano es fuente de gracia para ayudarme a llegar a Dios?
 
Ciertamente tengo que luchar si quiero reinar; aumenta mi valor, Señor,
Soportaré el arduo trabajo, aguantaré el dolor, apoyado en tu Palabra.
 
Tus santos a lo largo de esta guerra gloriosa, aunque mueren, vencerán;
Ven el triunfo desde lejos, y por la fe lo hacen realidad.
 
Cuando se presente aquel día glorioso, y todos tus ejércitos brillen victoriosos
Con vestiduras blancas en los cielos, toda la gloria será tuya, amado Señor.
 
                                                                                   Isaac Watts, 1674-1748
 
            ¿Sufriré yo? ¿O me escaparé gracias al rapto? En cuanto a la doctrina del rapto, hay diversas opiniones entre los estudiosos de la Palabra. Algunos creen que la Iglesia pasará por la Gran Tribulación mientras que otros creen que seremos raptados antes. Mejor curarnos en salud y esperar lo peor, que estar sorprendidos y tropezar cuando lo que no esperábamos nos coja por sorpresa. En estos mismos momentos la Iglesia está siendo invadida, y esto va para peor. La Iglesia del Este está sufriendo a manos de radicales islámicos e hindúes. Y la Iglesia del Oeste está siendo invadida por ideologías contrarias a nuestra fe. Los gobiernos están imponiendo estas ideas en los colegios, y hay menos libertad para que los padres críen a sus hijos según sus convicciones.
 
            Mientras tanto, vemos que muchas iglesias van para atrás. Algunas se cierran y otras tienen cada vez menos gente. Parece que hemos entrado en una época en que Dios, en su soberanía, ha quitado la protección a la Iglesia, para purificar lo genuino y eliminar o evidenciar lo falso. Esto irá en aumento con el Nuevo Orden Mundial para el año 2030. Creo que al final veremos a todos los países del mundo unidos en contra de la Iglesia. El alcance de la persecución de los cristianos ya lo vemos en el mapa mundial de Puertas Abiertas, y creo que lo veremos más en Occidente en el futuro.
 
            El Señor Jesús profetizó un tiempo de mucho sufrimiento para la Iglesia: “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mat. 24:9-13).

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