“¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?” (Job 42:3).
Lectura: Job 41:33, 34.
En otros textos de la Biblia encontramos preguntas de este tipo. Son preguntas retóricas. La idea es asentir con la cabeza y poner una expresión seria de entendimiento en nuestra cara. Invitan a reflexionar. Vamos a ver dos de estos textos. El primero está en Romanos:
“Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? ¿Quién es el que condenará? ¿Quién nos separará del amor de Cristo?” (Romanos 8:31, 33, 34, 35). Estamos tratando de identificar al malvado. ¿Quién será? Esto es lo mismo que se debate en el libro de Job. Muchos dicen que el malo es Job, pero que finalmente se arrepintió al final del libro. Estos no han entendido que el malo siempre es el mismo a través de toda la Biblia, a saber, Satanás y sus agentes, los cuales son muchos, pero Job no era uno de ellos. La gente de hoy hace la misma pregunta. ¿Quién es el malo? Algunas mujeres piensan que es el marido. Otros piensan que es el gobierno. Otros, que es un partido político. Otros, que es la suerte. Otros piensan que el mal es algo impersonal, que no hay una causa directa de todo el mal que ocurre en este planeta. Y otros piensan que el malo es Dios, que si existiese pondría fin a todo el sufrimiento de este mundo. ¡No es una postura muy coherente!, como vemos. Por falta de identificarlo correctamente, la gente no encuentra la solución adecuada. Si lo identificasen, sabrían que nuestra única salvación está en Dios. Entonces buscarían la solución que Dios ha provisto.
Tenemos que añadir que muchas veces, aunque sabemos la respuesta a estas preguntas, tardamos mucho en identificar quién está detrás de lo que nos ha pasado.
Notemos que estas preguntas en la Biblia no van acompañadas por respuestas, ni aquí en Romanos, ni en el libro de Job, porque la respuesta es obvia, porque ya tenemos que saberla, porque si no la conocemos, tenemos que buscarla por nosotros mismos, y porque se podría hacer una caricatura de la respuesta y trivializarla, si la Biblia dijese que el malo es Satanás. Hay que verlo por uno mismo. Hay que comprender la magnitud de la maldad y el poder de las artimañas perniciosas del maligno para apreciarlo. Cuando el eterno Hijo de Dios se humanó, reconocía a su enemigo y la ferocidad de la batalla que le esperaba: Satanás, contra un hombre finito.
Vamos a poner una respuesta por escrito a estas cuatro preguntas:
- “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”. Satanás. Nos conoce y va a por nosotros. Somos personas pacíficas. No nos metemos con nadie. No queremos tener a nadie por enemigo, pero es inevitable. Si somos de Dios, ipso facto tenemos un enemigo que está buscando devorarnos. Tenemos que reconocer sus caminos si queremos sobrevivir a sus ataques.
- “¿Quién acusará a los escogidos de Dios?” Satanás. (Apoc. 12:10). El Espíritu Santo convence de pecado. Satanás acusa de pecado confesado y perdonado. Lo hace para quitar nuestra paz y hacernos pensar que Dios está airado con nosotros.
- “¿Quién es el que condenará?” Nadie. “Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Rom. 8:1). Satanás ya no tiene la autoridad para condenarnos, pero nos puede engañar y hacernos pensar que Dios nos condenará. Si lo creemos, lo pasamos muy mal. Esta táctica la usó contra Job. Sus amigos se lo decían.
- “¿Quién nos separará del amor de Cristo?” Nadie. Pero Satanás nos dice que Cristo no nos ama cuando algo malo o difícil de entender nos pasa. Debido a sus circunstancias Job pensaba que Dios ya no lo quería (Job 29.1-5).
Cuando nos sentimos acusados de pecados ya confesados, cuando pensamos que Dios aún nos puede condenar, cuando pensamos que no hemos hecho lo suficiente para ganar el amor de Dios, o que nuestro pecado ha quitado su amor de nosotros, estamos bajo ataque satánico y hemos de recurrir a la Palabra y creer lo que nos dice. “Resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Stgo. 4:7).
Copyright © 2022 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.