¿QUÉ SIGNIFICA INTERCEDER?

“Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifas temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job. Ahora, pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job” (Job 42:7, 8).
 
Lectura: Job 42:7-10.
 
            Elifaz, Bildad, y Zofar habían pecado. Habían presentado falsamente el carácter de Dios. Como consecuencia, estaban bajo la ira de Dios y en gran peligro de caer bajo su juicio y condenación. Habían presentado una imagen errónea de Dios. El dios en que ellos creían no existía. Pues, no había ningún dios que correspondiese con aquel que ellos habían representado. Por lo tanto, su dios era un ídolo, una creación de su propia imaginación, hecho a la imagen de ellos mismos: duro, injusto, cruel, sin misericordia o compasión. Su dios era falso a sus amigos e incapaz de ver quiénes eran sus verdaderos adoradores. Así eran ellos y el dios que habían inventado. ¿Hemos hecho nosotros lo mismo? ¿Conocemos al Dios verdadero, o hemos proyectado nuestro carácter sobre Él, creando una nueva versión de Él que no se corresponde con la revelación de las Escrituras? Esto lo hicieron los fariseos, y lo han hecho los liberales, y los evangélicos cuando hacemos una caricatura de Dios. Es un pecado muy grave.
 
Dios exigía un sacrificio de los tres hombres para expiar su pecado. Tenían que ofrecer el sacrificio y Job tenía que interceder por ellos en base a ello. Entonces Dios oiría la oración de Job y los perdonaría. No les daría su merecido: No trataría con ellos según su insensatez, o, en las palabras de Dios mismo, no los trataría “afrentosamente”. Así es como se intercede. ¿Lo hacemos nosotros así? Si tu hijo se aparta de los caminos de Dios, acostándose con la novia o con otras mujeres, si blasfema el nombre de Dios por su conducta e induce a otros a pecar, si pasa por alto lo que ha aprendido de vosotros sus padres desde la más tierna infancia y desde la iglesia, ¿vienes tú delante de Dios nombrando su pecado, recociéndolo en la presencia de la santidad de Dios, y pides en base al sacrificio de Cristo en la cruz que Dios no lo condene, sino que lo salve?
 
Normalmente lo que oramos es: “Padre, te pido que mi hijo vuelva a tus caminos”.  Creemos que no corre peligro de condenación porque ha sido bautizado, aunque viva en pecado, pero será salvo como por fuego. Por lo tanto, pedimos que deje su vida de pecado y que vuelva al Señor sin darnos cuenta de su verdadera posición delante de Dios. Humildemente sugiero que esta oración no tendrá respuesta a no ser que Dios decida pasar por alto tu ignorancia. El patrón verdadero es el que vemos en este texto de Job. Es que él reconozca y confiese su pecado y apele al sacrificio de Cristo. Mientras tanto nosotros intercedemos por la persona en base al sacrificio ya ofrecido una vez para siempre (Heb. 9:24) para que Dios no le dé su merecido. Cristo ofreció el sacrificio de sí mismo e intercede por nosotros en base a ello delante del Padre. Muestra las heridas de su pasión y pide al Padre que nos perdone porque nuestro pecado ha sido pagado por Él. Este es el patrón de la intercesión verdadera.        

Copyright © 2022 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.