EL CARÁCTER DE JOSÉ[1]

“José era justo” (Mateo 1:19).
 
Lectura: Mateo 2:13-23.
 
José era de la tribu de Judá, descendiente directo de David. Se entiende que era mayor que María. Era un hombre temeroso de Dios. Reflexivo previo a la toma de decisiones, no se apresura a ello, probablemente oró a Dios para que le indicara la decisión que debía tomar ante la disyuntiva que se le presentó con el embarazo de su esposa. No titubea en obedecer lo que el ángel le dice, actuando con sabiduría, diligencia y con la quietud del sabio que primero pone cada cosa en su lugar antes de tomar una decisión…. Aprendamos de esta actitud… a no tomar decisiones ante situaciones difíciles impulsivamente sin antes meditar y orar pidiendo la guía del Espíritu Santo.
 
Como esposo: José era un hombre noble y justo, al punto de llevar el agravio en defensa de su prometida. Mostró su piedad en la forma que trató a María, en la forma que escuchó el mensaje del ángel acerca de Jesús. Hombre de gran dominio propio pues no tocó a María por todo el tiempo del embarazo y luego el de la purificación. No se quejó ante una responsabilidad impuesta, simplemente obedeció. No tuvo reparos en hacer lo que era necesario para guardar y proteger a su familia. Aun cuando Cristo era el descendiente del rey David, a través de María, fue cabeza de su casa en todo tiempo. Gran proveedor con su trabajo de carpintero.
 
Como padre: José fue el padre adoptivo de Jesús y actuó como tal en todo con su hijo, como si fuera su padre biológico. Estando en Egipto, vivió en medio de una ciudad pagana y luego en Nazaret, educó a su hijo en los caminos del Señor, pues más adelante la Palabra nos dice: “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2: 52). Nosotros vivimos en medio de una sociedad pagana, pero esto no es excusa para amoldarnos a ella, más bien ser luz y llevar a otros la salvación que es en Cristo Jesús.
 
Como creyente: Obediente, responsable, apegado a las costumbres de su pueblo, guardaba toda la ley. Era un hombre digno, hombre piadoso y alguien que vivió de acuerdo a su fe. Estando en Egipto, en una ciudad que adoraba a muchos dioses, se mantuvo fiel al Dios único y verdadero. Educó a su familia en el camino del Señor.
 
Como líder y protector de familia: José fue un padre responsable y líder de una familia. Los mandatos de Dios para la familia no fueron dirigidos a María. Fue él quien le puso el nombre a Jesús. Fue José el que lleva a su mujer para ir a Belén al censo. Dejó su trabajo y lideró el descenso a Egipto para protegerlos, lo hizo sin titubear protegiendo a su familia, usando las estrategias necesarias para llegar a Egipto, caminando, o en animales muchos kilómetros través de desiertos, lugares desolados, probablemente pasando entre animales salvajes, entre ladrones u otros, llevando a una mujer y su hijo. Probablemente tendría ahorros para este viaje, lo que nos hace pensar que era un hombre precavido. Suponemos que en Egipto siguió trabajando para mantener a su familia. El ángel le indicó que regresara a Israel, nuevamente fue obediente y tendría recursos ahorrados. Fue prudente al habitar en Nazaret, cumpliendo con las Escrituras.
 
Como proveedor: Fue un hombre trabajador, desempeñaba el oficio de carpintero. Se ve que era un hombre bastante conocido en los alrededores, porque en varias ocasiones reconocían a Jesús como “el hijo del carpintero”. Según la historia un carpintero no solo trabajaba en madera sino en otros aspectos de la construcción y dado que las Escrituras no dicen nada negativo respecto de José, es probable que fuese un hombre serio y bueno en su trabajo.

[1] Esta contribución nos viene de Violeta Cassanelli del grupo de discipulado de Chile.

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