“Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame, porque estoy afligido y menesteroso” (Salmo 86:1).
Lectura: Salmo 86:1-7.
- Jesus! the name that charms our fears / ¡Jesús! el Nombre que calma nuestros temores
That bids our sorrows cease / Que manda cesar nuestras penas,
’Tis music in the sinner’s ears,/ Es música al oído del pecador
’Tis life, and health, and peace./ Es vida, salud y paz.
- He breaks the pow’r of canceled sin, Él rompe el poder del pecado cancelado,
He sets the pris’ner free; / liberta al prisionero;
His blood can make the foulest clean, / Su sangre puede limpiar al pecador más vil,
His blood availed for me. / Su sangre fue provechosa para mí.
- He speaks, and, list’ning to His voice, / Él habla y, al escuchar su voz,
New life the dead receive, / Nueva vida reciben los muertos,
The mournful, broken hearts rejoice, / Los corazones tristes y quebrantados se regocijan.
The humble poor believe. / Los pobres humildes creen.
- Glory to God, and praise and love / Gloria a Dios, y alabanza y amor
Be ever, ever giv’n/ Sean dadas para siempre y siempre.
By saints below and saints above,/ Por medio de los santos abajo y los santos arriba,
The church in earth and heav’n. / La iglesia en la tierra y en el cielo.
Los siglos siguientes dieron paso a otra forma de música, más populachera, con ritmos más pegajosos, menos profundos y más prosaicos. Y la música de ahora es más profesional en la parte instrumental, menos profunda en su contenido, más actual, y menos extensiva en cuanto a su temática, centrada mayormente en temas relacionados con Cristo en gloria, y ausente en cuanto a temas como la evangelización, la iglesia, el sufrimiento, el servicio, el arrepentimiento, la victoria sobre el pecado, la condenación, el hogar cristiano, el matrimonio, los niños, la vejez, la muerte, el ministerio terrenal de Jesús, la provisión de Dios, el consuelo, la santidad del creyente y la vida de fe.
Los tiempos cambian. ¿Qué podemos hacer? Hemos de llegar a la juventud de hoy. ¿Cómo lo hacemos? Pide a Dios que levante a escritores maduros en la fe, profesionales, nativos del país, personas que conocen profundamente a Dios por experiencia personal y que llevan años estudiando las Escrituras, santos hombres de Dios, que aman al Señor Jesús y su salvación y saben poner su conocimiento y sentimientos por escrito. Así sea.
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