EL LIBRO DE AMÓS (20)

“Luego me mostró otra visión. Vi al Señor de pie al lado de una pared que se había construido usando una plomada. Usaba la plomada para ver si aún estaba derecha. Entonces el Señor me dijo: Amós, ¿qué ves? Una plomada, contesté. Y el Señor respondió: Probaré a mi pueblo con esta plomada. Ya no pasaré por alto sus pecados” (Amós 7:7, 8, NTV).
 
Lectura: Amós 7:8-9.
 
¿Qué simboliza la plomada? (2)
 
“Probaré a mi pueblo con esta plomada”. El Señor dice que probará a los que pretenden ser “su pueblo” a ver si lo son de verdad. El Señor ya no hará la vista gorda de sus pecados: “Ya no pasaré por alto sus pecados”. Pasará la plomada por en medio de ellos y solamente los que viven según sus normas serán considerados pueblo suyo. Para ilustrar este texto, comento que en estos momentos estamos sufriendo por un joven que prometía mucho, predicaba y aspiraba a ser pastor, pero actualmente se encuentra sumergido en el pecado más escandaloso, ¡pero todavía publica versículos bíblicos en Facebook! La plomada descalifica de ser pueblo de Dios a los que no viven según sus normas: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” (1 Cor. 6:9, 10). La plomada no significa lo que profesamos, sino lo que vivimos. “Solamente los que vivan por sus normas podrán contarse entre su pueblo auténtico” (Motyer).
 
“Los altares paganos de sus antepasados quedarán en ruinas y los santuarios de Israel serán destruidos; acabaré de forma repentina con la dinastía del rey Jeroboam” (7:9). En los lugares altos (los santuarios) se practicaba la fornicación ritual para simbolizar la fertilidad de la tierra, y esto para aumentar su prosperidad egoísta y su vida de autoindulgencia. La plomada divina juzgó estos lugares y los encontró faltos de santidad y obediencia de la ley.
 
La segunda cosa mencionada que fue condenada por la plomada fue la casa del rey Jeroboam II, el que llevaba el mismo nombre del fundador de la dinastía, “Jeroboam, hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel” (2 Reyes 14:24). Fue el que se separó de Judá para formar un país independiente, el Reino del Norte, Israel, e inventó una religión similar a la revelada a Moisés. Alejó a su pueblo del Dios verdadero y lo reemplazó con becerros de oro. Tanto en la práctica religiosa como en el gobierno, Israel no mostró ser el verdadero “Israel de Dios”.  

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