“Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová el Señor” (Amós 4:6).
Lectura: Amós 4: 6-12.
¿Qué hizo Dios para llevar a su pueblo al arrepentimiento?
- “Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová el Señor” (Amós 4:6). Dios les hizo pasar hambre para que clamasen a Él, para que averiguasen lo que andaba mal, por qué no estaba supliendo sus necesidades básicas, pero no se volvieron al Señor.
- “También os detuve la lluvia tres meses antes de la siega; e hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovió, y la parte sobre la cual no llovió, se secó. Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua, y no se saciaban; con todo, no os volvisteis a mí, dice Jehová” (4:7,8). Dios detuvo la lluvia, pero no se volvieron al Señor.
- “Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares; pero nunca os volvisteis a mí, dice Jehová” (4:9). Dios les mandó plagas y moho para destruir sus cultivos y langostas para devorar todos los olivos, pero no se volvieron al Señor.
- “Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos, e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová” (4:10). Les mandó plagas, mató a los jóvenes en la guerra, llevó lejos los caballos. El hedor de muerte llenó el aire, pero no se volvieron al Señor.
- “Os trastorné como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová” (4:11). Dios destruyó algunas de sus ciudades, pero no se volvieron al Señor.
Pero no se arrepintieron. ¿Entonces qué hará Dios?
Dios les mandó hambre, sequía, plagas, guerra, y destrucción, todo con la intención de llamarles la atención y hacer que clamasen a Él, que se arrepintiesen y volviesen a Él, pero no respondieron. No se volvieron al Señor. Nada surtió efecto. “Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel” (4:12). Ahora les espera el juicio final. Han gastado todas sus oportunidades de salvación. Solo les queda “horrenda expectación de juicio” (Heb. 10:27). El Nuevo Testamento revela al mismo Dios. El Dios a quien tienen que dar cuentas es “el Señor quien forma las montañas, agita los vientos y da a conocer sus pensamientos a la humanidad. Él convierte la luz del amanecer en oscuridad y marcha sobre las alturas de la tierra. ¡El Señor Dios de los Ejércitos Celestiales es su nombre!” (4:13, NTV).
¿Qué pasó?
Cincuenta años más tarde Dios envió al terrible ejército de Asiria contra Israel (el reino del norte) y la nación fue raída de la faz de la tierra: la muerte y el juicio final.
Copyright © 2022 Devocionales Margarita Burt, All rights reserved.