Cuando el Señor Jesús estaba clavado en la cruz, sus enemigos le acusaron de estar sufriendo por su propio pecado. Creían que, si fuera justo, Dios le libraría y que la no intervención de Dios era prueba de su culpabilidad (Mat. 27:43). Algo parecido está ocurriendo con Job. ¿Intervendrá Dios para mostrar su inocencia? ¿O para acusarlo?
Miremos los textos controvertidos. El primero es Job 38:1-3. El libro de Job tiene el formato siguiente: Habla Job, habla Elifaz; habla Job, habla Bildad; habla Job, habla Zofar; habla Job, habla Elifaz; habla Job, habla Bildad; habla Job, habla Zofar; habla Job, habla Elifaz; habla Job, habla Bildad; habla Job, habla Eliú. Ahora, ¿a quién le toca hablar? A Job, pero es Dios quien contesta lo que acaba de decir Eliú preguntando: “¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?” (38:2). ¡No intervino después de hablar Job, sino después de hablar Eliú! Y percibimos detrás de Eliú una figura oscura, maléfica inspirando a Eliú. Job queda mudo por el poder de las tinieblas en sus palabras. Por eso interviene Dios de su parte. ¿Dios le va a acusar a Job de hablar palabras oscuras sin sabiduría? ¿O se refiere al que acaba de hablar, y detrás de él, a Satanás?
“Conoce el Señor a los que son suyos” (2 Tim. 2:19). Dios conoce a sus hijos. No va a salir al encuentro de su siervo Job con estas palabras despectivas: “¿Quién es ése?”. ¿Cuándo tú te presentas delante del tribunal de Cristo, ¿esperas ser recibido con las palabras: “¿Quién es ése?” Las palabras: “Nunca os conocí” (Mat. 7:23), son reservadas para los que se condenan. A “ése” Dios le pregunta: “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?”. Job no había nacido cuando Dios creó el mundo, pero Lucifer, sí. Las palabras de Dios son un doloroso recuerdo para él de cuando él cantaba las alabanzas de Dios en el cielo. ¡Cómo han cambiado las cosas!
El segundo texto es Job 40:1, 2. “Además respondió Jehová a Job, y dijo: ¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto”. ¿Job está contendiendo con Dios? ¿No es todo el libro acerca de la contención entre Satanás y Dios (Job 1:8-11)? ¿Quién es el adversario de Dios, Job o Satanás? “Después de esto hubo una gran batalla en el cielo; Miguel y sus ángeles luchando contra el dragón: y luchaban el dragón y sus ángeles” (Leer: Ap. 12:7-10). ¿Es sabiduría contender con Dios solo para ser expulsado del Cielo y condenado al infierno? ¿Es sabio cambiar el cielo para el infierno? ¿Es sabio pretender desbancar a Dios del gobierno del universo sin tener la capacidad o la necesaria información para asumirlo? ¿Quién dijo: “Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte, sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo”? (Is. 14:13, 14). Estamos hablando de un conflicto cósmico, no de un incidente con un ser humano que se queja porque sufre. ¿Dios va a aparecer de la alta gloria solo para desafiar a un mero hombre que no entiende su sufrimiento, o vendría más bien para enfrentar a su viejo rival y revelarnos lo que está en juego en el gobierno del universo? Esta información es necesaria para nosotros porque estamos atrapados en medio de este antiguo conflicto sin darnos cuenta de ello, como lo fue Job. Somos el campo de batalla del enemigo de Dios.
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