EL DISEÑO DE DIOS (3)

“Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)…” (2 Pedro 2:7).
 
Lectura: 2 Pedro 2:4-9.
 
Como Lot, la iglesia, si no se aparta del mundo, se va acercando a él, y termina imitando su conducta y la va considerando normal. Lot nunca se identificó con la conducta de sus conciudadanos, pero tampoco se distanció, y, por lo tanto, sufría cada día al verlo. Vivía repugnado por lo que veía.  Es un tipo del creyente no muy prudente. El que no sufre viendo lo que pasa alrededor no evidencia ser creyente. La Escritura dice: “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso” (Is. 52:11; 2 Sam. 7:14; 1 Cron. 17:13; 2 Cor. 6:17-18). No es un “salir” físico, sino mental y espiritual, de actitud y conducta.
 
Vamos a tocar brevemente, pues, la actitud del creyente frente a la agenda gay, la ideología de género, el matrimonio, la familia, los hijos, el dinero, la diversión, la comida, el uso del tiempo, esto, en cuanto a la vida cotidiana, y en cuanto a la vida espiritual, de nuestra relación con la iglesia, con otros creyentes, y con Dios. Es importante saber lo que crees.
 
No estamos de acuerdo con la agenda gay, ni con la ideología de género, ni con el feminismo, ni con el machismo, porque estas ideologías van en contra del diseño divino que tenemos resumido en Gen. 1:27: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Dios creó solo dos géneros, los dos son igualmente hechos a su imagen y de igual valor, pero diferentes en función. Puesto que Dios nos creó, tiene el derecho de definir el papel de cada uno. Cada uno es digno, inteligente, comunicativo, habilidoso, y necesario para reflejar la imagen de Dios. Dios es líder, protector, fuerte, funciona en base a la razón, y sustentador, como el varón. Y Dios es también tierno, intuitivo, relacional, concibe, da a luz, nutre, cuida, y consuela, como la mujer. Cada uno posee lo del otro, a grandes rasgos, pero en menor grado.
 
El orden de Dios desde la Creación es: Dios, hombre, y mujer: “Quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo” (1 Cor. 11:3). Cristo es igualmente Dios como el Padre y el Espíritu Santo, pero diferente en su rol. Él respeta el orden divino y se deleita en el papel que le ha tocado. No resta de su dignidad para nada. Él y el Padre se complementan, igual que el hombre y la mujer (Ef. 5:23, 28, 30-31).
 
Hoy día, si crees esto, puedes sufrir discriminación de parte de la sociedad, como los creyentes en tiempos pasados han sufrido por otras causas. El Señor ya nos advirtió: “He aquí, os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas… Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mat. 10:16, 22).  

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