“Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y preguntó: ¿Quién es éste que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría? ¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto” (Job 38:1, 2; 40: 40:2). “Respondió Job y dijo: Si quisiere contender con él, no le podrá responder a una cosa entre mil. Él es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas; ¿quién se endureció contra él, y le fue bien?” (Job 9:1-4).
Lectura: Job 9:15, 20, 22, 29-33.
La respuesta tradicional a la pregunta: ¿Quién contiende con Dios?, es Job. Job es el que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría, y a quien por fin Dios contestó para darle un rapapolvo, al estilo de sus tres amigos, después de lo cual Job se arrepintió de su pecado. En esta meditación quiero presentar una respuesta alternativa que quizás quieras considerar. Presento mis argumentos, y después tú decides.
El capítulo 9 es clave para entender el libro de Job. Job ya era humilde delante de Dios; no necesitaba que se le pusiera en el lugar que le correspondía. No pretendía ser perfecto: “Si yo me justificare, me condenaría mi boca; si me dijere perfecto, esto me haría inicuo” (9:20). No pretende contender con Dios: “Respondió Job y dijo: Si quisiere contender con él, no le podrá responder a una cosa entre mil” (9:3). Sabe que es un mero hombre delante del Dios Omnipotente. Dios mismo dice que Job habló correctamente de Él (Job 42:7). ¿Quién entonces contiende con Dios? Ciertamente no es Job. Es Satanás. Él es el que empezó la contención con Dios en el capítulo 1: “¿Acaso teme a Dios de balde?” (1:9). Tú le has bendecido con abundancia, “pero extiende tu mano y toca lo que tiene y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia” (1:11). Todo el libro versa sobre esta contención de Satanás con Dios. Satanás mantiene que nadie ama a Dios, que Job solamente lo sirve por interés, porque Dios lo prospera. Satanás es el que oscurece el consejo sin entendimiento. En cambio, Dios ha declarado a Job justo (Job 1:8; 42:7) y sin reproche en todo lo que ha dicho.
Job es un tipo de Jesús quien amó a Dios por lo que es en sí, no por lo que recibía de Él. Aunque Dios le quitó todo a Jesús, su reputación, su salud y su justicia, y lo llenó del pecado del mundo, Jesús seguía amándolo. Lo adoró desde la cruz al darle todo lo que le quedaba, la vida misma. Jesús es el que finalmente gana el argumento de Satanás con Dios. Jesús amó a Dios con cada gota de sangre en su cuerpo, en medio de la injusticia y la oscuridad, y con su último respiro terminó de darle lo último que le quedaba, su alma, en ofrenda de amor, “ofrenda encendida para Jehová”, “ofrenda de olor grato para Jehová”.
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