“Él reserva su ayuda para la gente íntegra y protege a los de conducta intachable. Él cuida el sendero de los justos y protege el camino de sus fieles” (Proverbios 2:7, 8, NVI). “Él reserva victoria para la gente íntegra y es un escudo para aquellos cuyo caminar es sin culpa, porque guarda el curso del justo y protege el camino de sus fieles” (Proverbios 2:7, 8, NIV inglesa).
Lectura: Proverbios 2:1-6.
El libro de Proverbios contrasta la vida de la persona que teme a Dios y pone en práctica la enseñanza de su Palabra con la persona que escoge su propio camino sin tener en cuenta a Dios. El creyente no es el que profesa fe en Dios, sino el que vive de acuerdo con sus preceptos. Esta persona acepta las palabras de Dios, guarda sus mandamientos en su fuero interior (2:1); inclina su oído a la sabiduría de Dios y aplica su corazón al entendimiento (2:2); llama a la inteligencia y pide discernimiento (2:3). Desea el consejo de Dios y monta su vida en consonancia con todo lo que ha aprendido de los caminos de Dios.
Los versículos 7 y 8 describen a esta persona con cuatro frases diferentes y enseñan que su vida tendrá cuatro consecuencias. Este hombre es:
- Íntegro.
- De conducta intachable; su caminar es sin culpa.
- Justo.
- Fiel.
Todas estas expresiones describen al creyente auténtico. No es una persona que nunca ha cometido ninguna falta, sino alguien que ha rectificado, ha corregido sus fallos, ha confesado su pecado y ha aprendido de sus equivocaciones y va progresando. Dios lo ve justo y la persona pone de su parte para mantenerse fiel al Señor en su trato con los demás. Para esta persona el Señor promete cuatro cosas:
- Le reserva victoria, o éxito, como lo mide Dios, no necesariamente en el momento, sino como el resultado final de su vida.
- La protege (del mal y del maligno). No permite que el maligno estropee su vida.
- Guarda el curso de su vida.
- Protege su camino.
En todas las decisiones importantes de la vida existe la posibilidad de equivocarnos y arruinar nuestra vida, pero si buscamos sinceramente la sabiduría y la dirección de Dios en estas encrucijadas, si aplicamos la enseñanza de la Palabra de Dios y encaminamos nuestra vida para cumplirla, Dios guardará y protegerá el curso de nuestra vida para que terminemos cumpliendo su voluntad para la vida.
¿Y qué de la persona que no era creyente cuando tomó estas decisiones o que las tomó en contra de la enseñanza de la Palabra de Dios? Cosechará las consecuencias, pero Dios es capaz de escribir derecho sobre renglones torcidos una vez que hemos confesado nuestro pecado. Dejamos el pasado en sus manos y entramos en el futuro como justos e íntegros, personas de caminar recto, y tendremos lo que Dios nos ha prometido como tales: una vida de victoria para la gloria de Dios.