GENTE TONTA

“¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saber discernir entre su mano derecha y su mano izquierda?” (Jonás 4:11).
Dios describe a los ninivitas como gente que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda. Eran tontos. No sabían nada. En lugar de clasificarlos de malvados, sádicos o desalmados, todo siendo cierto porque iban conquistando y destruyendo naciones con notoria crueldad, Dios dice que son ignorantes y siente compasión por ellos. Tiene piedad de ellos porque no saben nada.
Pedro, en su discurso a los israelitas en el pórtico de Salomón después de la sanación del cojo, dice: “Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al Autor de la vida” (Hechos 3:14, 15). ¡Esto es el colmo de la insensatez! Es lo más tonto que una persona puede hacer; mayor equivocación no hay que la de ponerse al lado del diablo en lugar de Dios. Esto es estupidez en su manifestación culminante. Era para rechazar a esta gente, clasificarles como indignos de recibir el mensaje de la salvación. Puesto que mataron a su Amigo, era para que Pedro los odiase con pasión. Pero lo que dice es una obra de la gracia y misericordia de Dios. Les dice: “Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes” (Hechos 3:17), ¡y procede a explicarles el evangelio “para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio!” (v. 19). ¡Desea su bien! ¡Los ha perdonado de corazón! Tacha de ignorancia el asesinato del Mesías, su Amigo, y les dice que se arrepientan y conviertan para que sean borrados sus pecados (v. 19); pero, aun antes de haberlo hecho, Pedro tiene misericordia y compasión de ellos.
Si en un caso tan importante Pedro pudo reaccionar así, ¿cómo reaccionamos nosotros frente a la estupidez de la gente por cosas menores? ¿Nos enfadamos? ¿Les despreciamos? ¿Perdemos la paciencia? Si una mujer no sabe moverse en la cocina, si una persona no sabe presidir una reunión, si alguien no sabe escribir, si no se expresa bien, si hace un error garrafal en cuanto a la Biblia, o no entiende doctrina básica, si no conoce datos importantes de historia, si no sabe comportarse, y un largo etc., ¿qué? Hay comportamientos que nos hacen enfadarnos, porque, en nuestra opinión, muestran una ignorancia imperdonable, pero ¿qué vamos a hacer? ¿Odiar a esta gente inútil? ¿O vamos a sentir la compasión que Dios siente frente a la ignorancia?
“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombre en toda lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30). Dios pasó por alto nuestra ignorancia y nos brindó el evangelio del perdón. Dios no perdona sin arrepentimiento, aunque Dios es amor. Insiste en él, pero esto es una demostración de su compasión. Lo hizo con Nínive, pasó por alto el tiempo de su ignorancia y les ofreció la posibilidad de arrepentimiento, ¡y se arrepintieron! ¡Y les perdonó! Hizo lo mismo con nosotros. ¡Gloria a su Nombre! Qué seamos como Él.