EL LIBERALISMO

“Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad” (Hechos 20:29-31).

La doctrina falsa no es ninguna novedad. En todas las épocas de la historia siempre ha habido falsos profetas pretendiendo haber recibido una palabra de parte de Dios cuando Dios no les ha hablado, ni enviado. Engañan a muchos, porque su enseñanza es atractiva. Prometen paz cuando va a haber guerra, dejando el pueblo mal preparado y confundido cuando ocurren cosas que ellos no esperaban. Enseñan ética falsa y doctrina falsa. Dan licencia a vivir como el mundo y socavan la Palabra de Dios. Niegan su inspiración y su infalibilidad (ver 2 Tim. 3:16; 2 Pedro 1:20, 21).

En cuanto a la ética:

La Biblia dice claramente: “Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de le las cuales os amonesto, como yo os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gal. 5:19-21). Cualquier pastor o maestra que enseña: “Si hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador, no importa cómo vivimos a continuación, todavía seremos salvos, porque no hay nadie perfecto”, esta persona es un falso maestro. El creyente verdadero no “practica” el pecado, es decir, no vive una vida de pecado. Cuando cae en ello, se arrepiente y pone de su parte para cambiar: “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado” (1 Juan 5:18). Un maestro falso da una falsa seguridad de salvación. Otros niegan que haya una obra de regeneración. Permiten el adulterio y las segundas nupcias. No respetan la santidad del matrimonio. Permiten el sexo antes del matrimonio. Aceptan la homosexualidad. Enseñan que si hay amor, todo es permitido.

En cuanto a la doctrina:

Enseñan que la Biblia tiene errores y contradicciones, que los que la escribieron eran hombres falibles que escribieron según la mentalidad de su tiempo. Datan los evangelios en el siglo II, cuando, según ellos, se habían formado leyendas, mitificando a Jesús. Dicen que Pablo no escribió los libros que llevan su nombre, que Isaías no escribió Isaías, ni los otros autores son los que pretenden ser. Niegan lo sobrenatural del Señor Jesús: su nacimiento virginal, sus milagros y su resurrección; niegan su eterna divinidad y la segunda venida, el juicio final y el infierno. Niegan que la Creación fuese obra de Dios; niegan las profecías del Antiguo Testamento y sus milagros; se escandalizan ante sus juicios. Dicen que el Dios del Antiguo Testamento no es el Dios del Nuevo, que el del Antiguo es un Dios de guerra y genocidios, impresentable para la mentalidad de hoy, mientras que el Dios del Nuevo es un Dios de amor. Niegan la historicidad del diluvio, del cruce del Mar Rojo, de la historia de Jonás, y niegan la eficacia de la Cruz. Enseñan un Evangelio falso, presentan una Biblia relativa, un Jesús meramente humano, un Pablo machista y una teología permisiva. Estos son maestros falsos. Con ellos no tenemos comunión.