EL RIO DEL ESPÍRITU

“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:38).

Queremos ser útiles y nos esforzamos para serlo, pero el Señor nos está diciendo que la utilidad no viene por un esfuerzo de nuestra parte, sino por creer, por la relación de fe viva que mantenemos con Él. Oswald Chambers comentó este versículo en numerosas ocasiones. Lo que sigue son citas de algunas lecciones suyas. “Si quieres ser útil para Dios, ponte en la correcta relación con el Señor Jesucristo y Él te usará sin que te des cuenta, cada momento de tu vida”. “No te preocupes acerca de si eres útil o no lo eres; dirige tu atención a la Fuente, y de tu interior fluirán ríos de agua vida”. “Nunca se puede medir lo que Dios hará por medio de ti, si estás en la debida relación con Cristo. Cuida la relación con Él, y entonces, sean cuales sean tus circunstancias, y lo que tengas que enfrentar a diario, Él estará derramando ríos de agua vida a través de ti, y es por su misericordia que no te deja saberlo”.
“Atiende a tu relación con el Señor, mantenla bien, encuentra tu gozo allí, y a través de ti fluirán ríos de agua viva. Sé un cauce por el cual Jesucristo pueda derramar agua viva. Deja de fijarte en ti mismo, deja de ser un santurrón, y vive la vida escondida con Cristo. La vida que es correctamente relacionada con Dios es tan natural como el respirar, dondequiera que se vaya. Las vidas que han sido de mayor bendición para nosotros son las que no eran conscientes de serlo”

“Espiritualmente, no podemos medir nuestra vida por el éxito, sino solamente por lo que Dios derrama a través nuestro, y esto no lo podemos medir en absoluto”.

“¿Estamos preparados para derramar nuestra vida para Él? El que cree en mí, de su ser interior fluirán ríos de agua viva; centenares de vidas serán refrescadas continuamente por medio de ti. Ya es hora de quebrantar el frasco, como lo hizo María de Betania. Deja de desear satisfacción para ti mismo y derrama tu vida para Él. Nuestro Señor está preguntando quiénes de nosotros lo haremos”.

“Un río llega a lugares desconocidos por su fuente, y Jesús dice que si hemos recibido de su plenitud, no importa cuán pequeña vemos la medida de nuestra vida, por medio de nosotros fluirán ríos que bendecirán hasta lo más lejos del mundo. Nosotros no tenemos nada que ver con el caudal; ¡creemos y fluye!: “Esta es la obra de Dios, que creáis” (Juan 6:29). Un río es victoriosamente persistente, vence todo obstáculo. Durante un tiempo sigue su curso, luego llega a un obstáculo, pero pronto hace un lecho nuevo, esquivando el obstáculo. O un rio puede desaparecer de la vista durante kilómetros, y luego emerge de nuevo más ancho y potente que nunca.
Puedes ver como Dios usa otras vidas, pero a la tuya ha venido un obstáculo, y parece que no eres de utilidad. Sigue fijándote en la Fuente, y Dios o bien te ayudará a esquivar el obstáculo, o lo quitará de en medio. El rió del Espíritu de Dios vence todo obstáculo. No pongas tus ojos en el obstáculo. El rió fluirá por medio de ti si te acuerdas de mantener bien tu relación con la Fuente. Nunca permitas que nada se interponga entre ti y Jesucristo, ninguna emoción o experiencia; nada debe separarte de la única y gran Fuente Soberana. Si tú crees en Jesús, verás que Dios ha formado en ti potentes torrentes de bendición para otros”.