“Cuando oigáis de guerras y rumores de guerras, no os alarméis, debe suceder, pero aún no es el fin. Porque se levantarán nación contra nación y reino contra reino, y habrá terremotos en todas partes, y habrá hambres. Estos son principios de dolores de parto. Pero mirad por vosotros mismos: Os entregarán a los sanedrines y seréis azotados… Y el Evangelio tiene que ser proclamado antes a todas las gentes” (Marcos 13:7-10).
“¿Cuál será la señal de tu venida, y de la consumación de la era?… Y este Evangelio del reino será proclamado en toda la tierra habitada, para testimonio a las naciones, y entonces vendrá el fin” (Mat. 24:3, 14).
Estamos viviendo en tiempos emocionantes para el evangelio. La iglesia está creciendo en medio de una persecución feroz por el oriente medio y en el oriente lejano. Países que antes estaban cerrados, y muchos que continúan siéndolo, están viendo conversiones, y muchos hermanos nuestros están pagando con sus vidas por ser fieles al Señor. Dios está usando las atrocidades que vemos en las noticias para despertar a gente y poner en su corazón el deseo de buscar la verdad. Unos se vuelven más radicales y otros buscan al Dios verdadero que llama a la paz, no a la guerra.
¿Qué podemos hacer nosotros en medio de todo este revuelo? Además de solidarizarnos con las víctimas del terrorismo, algo que hace todo el mundo, la iglesia puede aprovechar la puerta abierta que Dios nos ha dado para hacer muchas cosas para el adelante del Evangelio entre los millones de musulmanes del mundo, tal como el Señor nos ha mandado que hagamos. Podemos:
1. Hacer un estudio de las misiones que trabajan en estos países y elegir una a la que queremos apoyar como iglesia con nuestras oraciones y con nuestras ofrendas. Las hay que apoyan obreros nacionales que plantan iglesias. Suelen ser pastores humildes, que aman al Señor con todo su corazón y han puestos sus vidas por Él. Viven en constante peligro y con pocas finanzas. Dios nos ha bendecido con los medios económicos para poder ayudarles.
2. Continuar con la ayuda social. Aprovecharla para testificar.
3. Tener cursillos en nuestras iglesias para enseñar a los miembros como llegar a los miles de musulmanes que tenemos viviendo en nuestras comunidades. Necesitamos entender su mentalidad, costumbres y religión.
4. Tener material a mano (Biblias, Evangelios, tratados) que podemos usar para repartir que lleva links (enlaces) a los muchos cursillos bíblicos que hay en docenas de idiomas para que ellos pueden investigar y buscar la verdad en su propio idioma, en sus casas, libremente.
5. Tener reuniones de oración y vigilias especialmente dedicadas a pedir por los obreros en estos países, con información concreta y repartida a cada participante para que oremos eficazmente.
Que el Señor nos ayude a aprovechar las circunstancias que estamos viviendo para llevar su Evangelio a los fines de la tierra.