“Y los espías entraron y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron fuera del campamento de Israel” (Josué 6:23).
RAHAB
La historia de Rahab nos habla de la fe de una mujer que consiguió la salvación de toda su familia. Su fe no se limitó a buscar su propia salvación, sino también la de sus seres queridos. Esto es una forma del amor,amor para la familia, para su eterno bien. La mujer cristiana hace todo lo que está en su alcance para que sus seres queridos vengan a experimentar la salvación de sus almas.
DÉBORA
Débora es otra mujer cargada de dones: era juez, profetisa, poetisa, cantante, líder de alabanza, una mujer espiritual, inteligente, y muy capacitada. Ella encarna el valor de la valentía. Marchó a la batalla con Barac sin temer al enemigo, con una fuerte confianza en Dios. Siendo profetisa, recibió el plan de batalla de parte de Dios y lo comunicó al líder militar, plan que condujo el ejército de Israel a la victoria por la intervención de Dios: “No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Vé, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombre de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón; y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sisara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos? (Jueces 4:6, 7). ¡Nuestra estrategia de batalla viene de parte de Dios! Dios intervino enviando una tormenta e Israel, por su ubicación en la montaña en obediencia a Dios, pudo derrotar al enemigo que quedó atrapado abajo en el fango. Aquí vemos el valor de buscar el consejo de Dios, la sabiduría. También vemos el valor de desarrollar todos los dones y capacidades que uno tiene para alcanzar nuestro potencial como mujeres.
RUT
La hermosa historia de Rut nos enseña muchas cosas en cuanto a la fidelidad de Dios a la persona que lo abandona todo para ayudar a otros, como Rut hizo por amor a su suegra. Lo suyo fue la abnegación, no para morir, ¡sino para vivir! Rut nos enseña el valor de la iniciativa. En lugar de morir de hambre al lado de la mujer anciana, sin hacer nada para suplir sus necesidades, Rut fue al campo a trabajar para alimentar a las dos. Este es el valor del trabajo duro: “Y (Rut) ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento”(Rut 2:7). Su abnegación, iniciativa, y trabajo duro fueron ricamente galardonados de parte del Dios de Israel que todo lo ve y da a cada uno según su obra. El Señor le suplió con un marido piadoso y bendijo su hogar con un precioso hijo que sería uno de los antepasados del Señor Jesús.