VIDA NO NATURAL

“Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Dan. 12:4).

Parece que estamos rozando el tiempo del fin ahora. Sigue una conversación imaginaria:

Una hermana se queja: “Me siento muy triste, de luto; grande es mi pérdida”. “¿Qué te ha pasado?” “He perdido a miles de amigos”. “¿Cómo fue? ¿Qué ha pasado? ¿Ha habido una guerra? ¿Ha caído una bomba atómica?” No. Han cerrado mi cuenta en una de las grandes redes sociales. “¿Por qué?” “No lo sé, pero he perdido a miles de amigos. Han desaparecido. Ya no puedo ponerme en contacto con ellos. Para mí es como si hubiesen dejado de existir. He perdido a gente que no conozco, que nunca he visto, que no sé nada de ellos, pero eran mis amigos, y los extraño”.

Así es la vida de ahora. No es natural. Muchas cosas están controladas por la informática, por normas que desconocemos, por gente que no conocemos, y no podemos ponernos en contacto con ellos para averiguar lo que pasa. Una persona que no conoces y que no te conoce a ti, aprieta una tecla, cierra una cuenta, y se te cambia la vida. Esto no es natural. La vida antes no era así. La persona que no domina la tecnología no tiene vida. ¡Ni puede pagar sus facturas de luz y agua! No puede pagar sus impuestos. No puede mantener su casa. No puede comprar un billete de avión. No puede trabajar en casi nada. Si no tienes móvil, no puedes quedar con tus amigos, no puedes recibir peticiones de oraciones de tu iglesia, no sabes cuándo hay actividades, no puedes escuchar música cristiana u oír sermones. No puedes ver a tus hijos que están lejos o mandarles mensajes. La vida ha dado un vuelco. Si no sabes usar la informática, casi ya no existes.

¿Qué diría tu abuela si supiera que puedes ver a la persona con quien hablas por teléfono? ¿Que un bebé de dos años puedes buscar sus películas en un Tablet? ¿Es normal subir a un avión y volar miles de kilómetros al otro lado del mundo? Para nosotros sí, pero en la historia del mundo, no. ¿Es normal que pongas un óvulo y un espermatozoide en un frasco y consigues un bebé? ¿Es normal que la persona que lo haga sea soltera? ¿Es normal que hagan trasplantes de riñón?, ¿de cerebro? ¿Es normal que una persona se cambie de sexo? ¿Qué diría la abuela? ¿Es normal que saques una carrera sin jamás pisar la universidad? ¿Es normal que te cases con una persona que jamás has visto en persona? La tecnología presenta problemas prácticas y dilemas morales y éticas, pero es necesario para la vida cotidiana. Con el advenimiento de la informática, la vida ha cambiado para siempre. Una persona que no puede operar la tecnología, ha perdido contacto con el mundo. Se sabe de una joven que tiene alergia a los móviles y no puede estar donde los hay. Ha tenido que retirarse de la vida. ¿Esto es normal?

Sin mucha imaginación ya vemos cómo una persona puede llegar a controlar el mundo por medio de la tecnología. Se puede apretar una tecla y salen los nombres de todos los cristianos y toda la información personal acerca de cada uno de ellos. Como son gente no grata, porque tienen otros valores, ¡fuera! Con simplemente bloquear sus cuentas bancarias, no pueden comprar ni vender, ¡y los has “matado”!, sin nunca haberlos visto, ni conocido. Parece que no estamos muy lejos del cumplimiento de las profecías del final.

¿Qué vamos a hacer? Dar gracias a Dios por las ventajas enormes que nos proporciona la tecnología y usarla para bien y para la evangelización del mundo y el adelanto del reino de Dios. Darnos cuenta de que Dios está a años luz por encima de la tecnología, que toda ciencia es suya, que Él tiene toda la información acerca de todas las cosas, que siempre la ha tenido, que Él domina todos los mundos, incluyendo el mundo de la informática, y que todo está bajo su control. El hombre solo llegará hasta donde Dios lo permite. El creyente está alertado acerca de lo que puede venir, pero vive tranquilo bajo la soberanía de Dios.