LOS ÁNGELES Y YO

“Si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron…” (2 Pedro 2:4).

¿Para qué necesito saber lo que pasó con los ángeles que pecaron en tiempos de Noé?

El apóstol Pedro menciona este asunto tanto en su primera carta como en la segunda (1 Pedro 3:19-22 y 2 Pedro 2:4-10). ¿Qué tiene que ver conmigo? Pues, mucho. Ahora lo veremos.

Jesús también habla acerca de cómo era el mundo en tiempos de Noé: “Mas como en los días de Noé, así será en la venida del Hijo del Hombre. Estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca” (Mat. 24:37, 38). El sexo era al orden del día. Estaba como en nuestros tiempos en que la gente practica el sexo fuera del matrimonio, en medio del adulterio, y fuera del orden de Dios. ¡Entonces los seres humanos se casaban con ángeles pervertidos! Vemos hasta qué punto de corrupción habían llegado con la ayuda de estos ángeles. En nuestros días se practica toda clase de perversión posible. El Señor dice que el desenfreno sexual es señal de su pronto venida. Como aquello fue castigado por el juicio del diluvio, lo nuestro será castigado por el juicio final.

Los ángeles malos son seres muy inteligentes que idean planes para la destrucción de la raza humana, porque odian a Dios y su creación. Su plan entonces era casarse con mujeres y tener hijos perversos que llevaron la humanidad a la maldad: “Vio Jehová que a maldad de los hombre era mucha en la tierra y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Gen. 6:5). ¡Su plan funcionó! Dios tuvo que destruir la humanidad, salvo la familia de Noé. Y el plan para nuestros días es parecido: destruir la raza humana por medio del sexo. ¿Qué tenemos en nuestros días sino la destrucción de la familia, el aborto, la homosexualidad y la promiscuidad? Todo esto está diseñado para que no nazcan niños. ¡Sin niños, no hay raza! ¡En un país nórdico, la sociedad protector de animales tuvo que intervenir para proteger a los animales, porque los seres humanos estaban practicando el sexo con ellos!

¿Cómo usa Satanás el sexo contra ti? ¿Que te casas con uno que no es creyente? ¿Que practicas la promiscuidad? Pretende destruir tu familia. ¿Cómo le vas a combatir? Pensando como las Escrituras te enseñan a pensar. Estos seres superiores son tus enemigos. Nosotros tenemos lucha contra ellos, no cuerpo a cuerpo, sino mente contra mente. Tenemos la mente de Cristo que es superior al suyo. Piensa como Cristo y vencerás. ¿Cómo pensó Pablo? Pensó que “los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera”, y con este pensamiento venció. No temió el martirio, porque sabía que lo que le esperaba era maravilloso. ¿Cuál es el plan de Satanás en tu vida para destruirte? ¿Qué tienes que pensar para ganar? Busca las Escrituras que pueden ayudarte a formar las actitudes que tú necesitas tener para poder vencer.

Pedro usa el ejemplo de los ángeles en tiempos de Noé para enseñar dos cosas: “Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio” (2 Pedro 2:9). Si Dios no perdonó al mundo antiguo, ¡ojo!, tampoco te dejará escapar a ti si te metes en una vida de inmoralidad. Pero si clamas a Él, le librará de la tentación, como libró a Lot (v.7) quien vivía en medio de la homosexualidad (Gen. 19). Este texto es una advertencia y un consuelo. El Señor conoce el plan que el enemigo tiene ideado para destruirte y puede librarte de la tentación que forma parte de este plan. Puede darte los pensamientos de tu Palabra que necesitas para vencer la tentación y ser victorioso sobre seres más poderosos que tú, por medio de Jesucristo. Vencerás y la gloria será para Él.