DESCANSO PARA EL ALMA

“Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo” (Is. 32:18).

Para disfrutar de una profunda paz interna, necesitamos lo que la Biblia llama “descanso”, que quiere decir paz, seguridad y reposo, como indica el versículo que encabeza nuestra meditación. Esta es la promesa de Dios. Nos habla de “morada de paz” que significa vivir en paz, una condición de vida, no una sensación momentánea, sino un estado de tranquilidad, libre de ansiedad, preocupación, necesidad, miedos y peligros; libre de la opresión del enemigo, de acusación y culpa, de vulnerabilidad a lo que nos podría destruir espiritualmente. Significa tener profunda paz en el alma.

Vamos a ver unos versículos que hablan del tema. Entrar en nuestra herencia es entrar en el descanso de Dios: “Hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os dé Jehová vuestro Dios. Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros” (Deut. 12:9, 10). Este descanso tiene su cumplimiento en Cristo ahora, al descansar en su obra completa y en sus promesas y provisión, y su cumplimiento total cuando entramos en nuestra herencia eterna.

Noemí dijo a sus dos nueras: “Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido” (Rut 1:9). Necesitaban el descanso de tener la seguridad y provisión que viene con un marido que velase por ellas y las proveyese con un hogar, protección, y cuidado amoroso. Más adelante Noemí continuó con el tema: “Hija mía, ¿no he de buscar reposo para ti, donde te vaya bien?” (Rut 3:1, BTX). Todo esto lo encontró en Booz, su pariente- redentor. Este descanso tiene su cumplimiento perfecto en Cristo, nuestro Pariente más cercano, Redentor y Esposo celestial.

“Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” (Ex. 32:14), fue la promesa que Dios dio a Moisés al tener que conducir a su pueblo por el desierto. ¡Evidentemente no significaba que Moisés iba a descansar en la cama! No iba a estar solo, descansando, sino acompañado de gente quejosa y rebelde, en condiciones difíciles de soportar: terreno árido e inhóspito, calor, atacados por enemigos, viviendo en tiendas, siempre cambiando de lugar. No había estabilidad alguna en su entorno. ¡La seguridad no podía venir de otro lugar sino de la presencia de Dios con Moisés!

Con la presencia de Dios podían contar con la provisión de todas sus necesidades básicas. Cada día caía el maná del cielo, siempre hubo agua para beber que brotaba de la roca, y proporcionaba sombra. Su ropa no se envejecía. Tenían protección de sus enemigos y de enfermedades. Tenían un gobierno de justicia que solucionaba sus problemas de convivencia como pueblo. Tenían dirección y un destino seguro. No les faltaba nada. Es curiosa: no tenían nada, pero tampoco carecían de ninguna necesidad. Siempre hubo lo que hacía falta.

Hoy día con el estrés con que se vive y la inseguridad de la vida, no podemos tener otro descanso que este, el de presencia de Dios con nosotros. En Él tenemos todo lo que tuvo Moisés en el desierto y Rut en su hogar.