COSAS QUE CONVIENE SABER DEL ISLAM (1)

“Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos” (Mat. 5:44, 45).

            Hoy día es necesario que entendamos la mentalidad musulmana. Ellos creen que Cristo fue enviado por Dios a los hijos de Israel, que nació de una virgen, que Él recibió el evangelio, que fue el único hombre que no pecó, que hizo milagros, que ascendió al cielo, todavía está vivo y volverá. En el Corán ha recibido los títulos de honor más altos que cualquier ser humano ha recibido de parte de Dios.

Pero luego hay unas diferencias significativas con respecto al cristianismo. No creen que Cristo volverá para juzgar a muertos y vivos, sino para convertir a todos los cristianos al Islam, y que después se casará, tendrá hijos, y morirá. Creen que Cristo no fue crucificado, que no murió, sino que fue sustituido por un hombre que se le parecía y que éste murió en su lugar. “¡Ellos (los judíos) no le mataron (a Cristo) y no le crucificaron! ¡Más bien se les hizo que pareciese que sí! Más bien Allá le levantó a sí mismo” (Sura al-Nisa’ 4, 147). Claro, si Cristo no murió, no pagó por nuestros pecados, no fue levantado de los muertos, y ¡no hay salvación!

Los musulmanes no llamen a Jesús “Yasu’u”, sino “Isa”. El nombre “Jesús” de la raíz hebrea significa “Yahweh en el acto de salvar”, o “Jehová salvando”; significa Salvador. Puesto que en el Islam Cristo no es un salvador, hizo falta cambiar este nombre de salvador. Las letras en árabe de la palabra “Isa” pueden ser vistas como una inversión gramatical de las letras que constituyen el nombre en árabe por Jesús: “Yasu’u”. Así “Isa” es una manera en que se puede pronunciar a “Jesús” al revés. Es interesante notar que en rituales semíticos para condenar a una persona, el nombre de la persona maldita es pronunciado invirtiendo el orden de las letras en su nombre.  Si esto fuera el caso, entonces el mismo nombre de “Isa” sería una indicación que el Islam no solo niega la enseñanza principal del cristianismo, sino que también lucha espiritualmente en su contra.

Cristo en el Corán no es el Hijo de Dios, y, por tanto, Dios no es el Padre. “Los Nasaara (los cristianos) dicen, ‘¡Cristo es el Hijo de Allá!’ Esto solo dicen de boca. Así imitan el chismorreo de los que antes de ellos fueron infieles. ¡Que Allá (mismo) luche contra ellos! (¡oh esta maldita gente!). ¡Cuánto se han desviado (de la verdad)” (Sura al-Tawba 9,30). Los musulmanes no creen en la Trinidad. Por tanto, Allá, el dios del Islam, no es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Consecuentemente los musulmanes y los cristianos no creemos en el mismo Dios (1 Juan 2:23).

Volviendo al texto que citamos al principio, como cristianos, ¿cómo debemos tratar a los musulmanes? Nunca debemos caer en la tentación de luchar contra ellos con las mismas armas que el Islam utiliza. No hemos de odiar a los musulmanes, sino amarles; no maldecirlos, sino bendecirlos, no perseguirlos, sino hacerles bien, para que seamos hijos de nuestro Padre que está en los cielos, que hace salir el sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos, sin ninguna parcialidad.

(Esta información fue sacada de material de una misión que trabaja en el mundo musulmán.)