“Esto recapacito en mi corazón que me da nueva esperanza” (Lam. 3:21).
Lamentaciones es un libro clave para leer en tiempos de angustia y desesperación, porque aquí está una persona que está sufriendo más que tú, y te ayuda a poner tu sufrimiento en perspectiva. Ha perdido a sus amigos y familiares, muertos; el cariño de sus paisanos, pues todos le aborrecen y quieren matarle; ha perdido su libertad, le llevan a un país donde no quiere ir; ha perdido su reputación, le han calumniado y difamado; la salud, no hay comida; su “iglesia”, el templo fue destruida; sus bienes, todo fue destruido; la posibilidad de casarse y tener hijos, el ministerio no lo permitía; y ya no esperaba nada de Dios, había perdido toda esperanza.
Sin embargo, sale por una vía que también es accesible a ti y a mí: recapacitó. Y recapacitando ha vuelto a tener una esperanza que también puedes tener en medio de tus pérdidas. Antes de recapacitar estaba en el fondo del abismo: “Me hartó de amargura, me saturó de ajenjo… mi alma está lejos de la paz, he olvidado la felicidad, y dije: ¡Perecieron mis fuerzas y mi esperanza en Jehová!” (v. 15-18, BTX y RV60). Estaba en gran amargura. Después de recapacitar, volvió a tener esperanza en Dios: “Esto recapacitó en mi corazón, que me da nueva esperanza:…” (v. 21). Nos muestra el camino. Sigue una lista de 12 cosas que hacen resucitar la esperanza:
1. “La misericordia de Yahweh nunca termina” (v. 22).
2. “Sus compasiones nunca se acaban, nuevas son cada mañana” (v. 22, 23).
3. “¡Cuán grande es tu fidelidad!” (v. 23).
4. “¡Yahweh es mi porción!” (v. 24).
5. “Bueno es Yahweh para los que lo esperan, al alma que lo busca” (v. 25).
6. “Bueno es esperar, y aguardar en silencio la salvación de Yahweh” (v. 26).
7. “Bueno le es llevar al hombre el yugo desde su juventud” (v. 27).
8. “Que se siente a solas y guarde silencio porque Él se lo ha impuesto” (v. 28).
9. “Adonay no desechará para siempre” (31).
10. “Aunque contriste, Él tendrá misericordia conforme a la multitud de sus piedades” (v. 32).
11. “No se complace castigando ni afligiendo a los hijos del hombre” (v. 33).
12. “¿Quien dijo algo y ocurrió, sin que Adonay lo dispusiera?” (v. 37).
Meditando y sacando conclusiones de todos los motivos que figuren en esta lista consuela y levanta de la desesperación. Puedes contar con la misericordia de Dios, ¡y no tienes que hacer nada para merecerla! Puedes contar con la fidelidad de Dios a su pacto y a sus promesas, porque Dios es fiel a sí mismo. Sabes que algo bueno le pasará, porque Dios premia a los que esperan en Él. Sabes que es bueno para ti estar en este camino sin salida, echado sobre Dios, esperando en Él. Sabes que someterte a la voluntad de Dios te conviene, porque esta voluntad es buena para ti. Sabes que Dios es el que le ha puesto en esta situación, pero que no te dejará abatido para siempre, que no le gusta tener que castigar o hacer sufrir, y que llegará el día en que esto termine. Dios es el que determina todas las cosas, cuando es necesario que pasemos malos tiempos y cuando hace falta que se despejen las nubes y vuelva a salir el sol con toda su fuerza. Dios tiene la palabra, y esta palabra es misericordia.