MÁS FE

“Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombre esto es imposible; mas para Dios todo es posible” (Mat. 19:26).

“Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad” (Mar. 9:23). 

“Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti” (Mar 14:36). 

“Dijeron los apóstoles al Señor:
Auméntanos la fe” (Lu. 17:5).

Un hermoso himno de un creyente que vivía hace muchos años expresa el mismo anhelo de los apóstoles:

Oh por una fe que no se espante/ aunque amenazada por muchos adversarios/ que no tiemble junto al precipicio de la pobreza o la pena.

Por una fe qué no proteste y no se queje bajo la vara del castigo/ sino que en la hora de pena o dolor/ se apoya en su Dios.

Por una fe que brille más intensa y claramente/ cuando la tempestad ruge afuera/ que delante del peligro no conozca el temor/ que en tinieblas no siente la duda.

Por una fe que guarde el camino estrecho/ hasta que haya pasado la hora postrera de la vida/ y con un puro y celestial rayo/ alumbre el lecho de la muerte.

Señor, dame una fe como esta/ y entonces, venga lo que venga,/ pueda saborear aun ahora la santa felicidad del hogar eterno.  Amén.
                                                                                               William H. Bathurst, 1796-77

            La fe es una reacción de confianza en Dios frente a un obstáculo que hace dudar. Es algo que supera la dificultad. Es creer que Dios está cerca, que ve el problema, que la puede resolver o bien eliminándolo, o bien capacitándote a pasar por él. Como dice el himno, si Dios no abre el mar, nos ayudará a caminar sobre las aguas. Nunca nos conduce al desastre.

Hay pruebas muy difíciles de soportar, como la de Juan Bautista en la cárcel, cuando el Señor no hace lo que esperamos que haga. Juan no creía que Jesús le dejaría morir en la cárcel. Jesús le contestó: “Bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí” (Mat. 11:6). Esto significa que aunque Jesús no cumple tus expectativas, sigues confiando. No tropezar es no perder la fe. Hay cosas que no encajan en nuestra comprensión de Dios, como lo que pasó a Job. No creía que Dios podía esconderse del justo, pero así fue. Su respuesta de fe fue: “Aunque me mate, en él confiaré” (Job 13:15, KJV). Esto significa que aunque Dios haga algo que yo considere injusto, esto no va a quitar mi fe. La prueba de fe más fuerte para los discípulos era que lejos de ascender al trono de Israel como Mesías y Rey, Jesús se dejó llevar a la cruz. Murió. ¿Iban a seguir creyendo en Él?

Para nosotros, las pruebas más grandes que tiene que afrontar nuestra fe es cuando habíamos creído que Dios haría una cosa, y no lo hace. Creías que sanaría a una persona, y se muere. No se muere por falta de fe de tu parte, sino porque Dios tenía otro plan. Otra prueba enorme es cuando el cónyuge es infiel, o cuando abandona el hogar. El creyente no creía que Dios permitiría tal cosa, y ha ocurrido. Otra prueba muy difícil es cuando el hijo es rebelde. En todas estas cosas, ejercemos la fe, no en lo que nosotros creemos, sino en Dios mismo, sin ninguna explicación o razonamiento que ayude. Dios es Dios no importa lo que me pasa a mí. Esto es fe.