PROFECÍAS ACERCA DE LAS NACIONES (2)

“Profecía de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de los filisteos, antes que Faraón destruyese a Gaza” (Jer. 47:1).

Mensaje acerca de Filistea:

Los egipcios conquistaron Gaza, una de las ciudades principales de los filisteos, y después los babilonios conquistaron a los egipcios. Después de derrotar a los egipcios en Carquemis, conquistaron a todo lo que tenían por delante. De los filisteos Jeremías escribe: “Ha llegado el momento de destruir a los filisteos, junto con sus aliados de Tiro y Sidón. Sí, el Señor está destruyendo a los pocos que quedan de los filisteos…Gaza será humillada…Ascalón quedará en silencio. Ahora, ¡oh espada del Señor!, ¿cuándo volverás a descansar? Vuelve a tu vaina; descansa y mantente quite. ¿Pero cómo se mantendrá quieta cuando el Señor la ha enviado en una misión? Pues la ciudad de Ascalón, y el pueblo que vive junto al mar deben ser destruidos” (47:4-7; NIV). Aunque Dios usa otras naciones para ejecutar su justa retribución, no se llama su instrumento “la espada de Faraón”, sino “la espada del Señor”. No lo sabe el rey de Egipto, pero él es el siervo de Dios para hacer su voluntad.

Mensaje acerca de Moab:

“Toda Moab será destruida…Puesto que ustedes confiaron en sus riquezas y habilidades, serán tomados cautivos. ¡Su dios Quemos, con sus sacerdotes y funcionarios, serán llevados a tierras distantes! Todas las ciudades serán destruidas y nadie escapará, ni en las mesetas ni en los valles, porque el Señor así lo ha dicho” (48:4-8). Aquí vemos los motivos: fue porque confiaban en sus riquezas y en su dios Quemos. “Por fin Moab se avergonzará de su ídolo Quemos, como el pueblo de Israel se avergonzó de su becerro de oro en Betel” (48:13). “Y Moab será destruido hasta dejar de ser pueblo, porque se engrandeció contra Jehová”. Aquí está la raíz del asunto. Despreciaba a Israel y se burlaba de ella (48:27). Se levantaron en orgullo contra Dios (48:42) y obligaron a Dios a humillarlos para que se viese que Dios es real y que los que andan en orgullo serán humillados.

“¡Ay de ti, Moab! Pereció el pueblo de Quemos, porque tus hijos fueron puestos presos para cautividad, y tus hijas para cautiverio. Pero haré volver a los cautivos de Moab en lo postrero de los tiempos, dice Jehová. Hasta aquí es el juicio de Moab” (48: 46, 47). Con todo, en el futuro lejano, habrá una renovación para Moab como también la habrá para Egipto y otras naciones: “la misericordia triunfará sobre el juicio” (Sant. 2:13). Pero no podemos dar por sentado que siempre habrá misericordia, porque el mismo texto nos enseña que “juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia” (Sant. 2:13). Así va la historia del mundo. Las naciones recibirán su merecido: si han sido misericordiosos con otras naciones, Dios será misericordioso para con ellos.

¿Cómo es tu país? ¿Teme a Dios? ¿Respeta la ley de Dios? ¿Practica la justicia? ¿Es generoso con otros países más pobres, o con los que sufren en medio de desastres mundiales? ¿Cuál es el juicio que merece? ¿Lo está pasando ahora?