LA PAZ DE DIOS

“Y la paz de Dios… guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Fil. 4:7).

La paz de Dios es la paz que Él tiene. Él es “el Dios de paz” (2 Cor. 13:11). Dios siempre tiene paz. No hay nada que estorbe su paz. No importa qué pasa en el mundo, o qué pasa en su Iglesia, o qué pasa a sus hijos, o qué peligros les enfrentan a ellos, Dios siempre tiene paz. “Se levantan los reyes de la tierra, y príncipes consultar unidos contra Jehová y contra su ungido” (Salmo 2:2); aunque todos los reyes de este mundo, los dictadores, presidentes, grupos terroristas, y todos los gobernantes de todos los países formen una coalición contra Israel y contra los cristianos para erradicar el nombre de Dios de la tierra, Dios mismo tiene paz.

            Es totalmente consciente del sufrimiento de su pueblo. Sabe cómo lo pasan los creyentes en campamentos de refugiados con apenas ropa y comida. Conoce lo que sienten sus hijos que viven en zonas donde terroristas están avanzando y matando a todo creyente en su camino. Siente su dolor. Su ira se enciende contra toda barbarie que se comete en nombre de la religión. Ve la decadencia de los países del este. Le llega al corazón la apostasía de su Iglesia. Ve lo macro y lo micro. Sabe cómo va cada creyente, lo que estás pensando tú, dónde está tu corazón, el estado de tu fe y confianza en Él. ¡Este es el dolor de ser Omnisciente! Siendo omnipresente, está allí cuando cada gorrión se cae. Pero también es omnipotente. Esto significa que tiene todo el poder para coordinar cada detalle y el conjunto del todo lo que ocurre para sus propósitos eternos. Todo va sucediendo, lo grande y lo pequeño, bajo su dirección para conducirlo a sus fines, y sabemos cuáles son:

(1) Perfeccionar la Iglesia (Ef. 4:12);

(2) Mostrar por medio de ella a todos los principados y potestades su gran sabiduría (Ef. 3: 10, 11);

(3) Completar el número de redimidos, “los que han de ser salvos” (Mt. 24:14);

(4) Madurar a los creyentes por medio de sus padecimientos (Heb. 2:10; 5:8);

(5) Llevar la historia del mundo a su culminación cuando Crista descenderá del cielo para reinar (Hechos 1:6-11; Mt. 19:28);

(6) Unificar todas las cosas del universo en Cristo (Ef. 1:9, 10).

Todo va adelante según el plan de Dios. Por lo tanto, Dios tiene paz, y te da a ti esta misma paz, la suya. Te da paz por dentro y paz por fuera, porque el Dios de paz está en ti y contigo. “Y la paz de Dios, que pasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Amén.