La paciencia de Jeremías

LA PACIENCIA DE JEREMÍAS

“Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor” (Santiago 5:10).

            Para comprender bien esta paciencia de la cual tenemos que tomar ejemplo, vamos a ver como se expresó en la vida y ministerio de Jeremías y luego pensar en las implicaciones que tiene para nosotros. La paciencia es la perseverancia en medio de circunstancias difíciles. Es mantener la esperanza en Dios en la larga prueba. Es no darte por vencido, no tirar la toalla, no desesperarte, no amargarte, no volver atrás, y, sobre todo, no perder la relación con el Señor. El peligro es caer en el cinismo y en la incredulidad, dejar de creer las promesas del Señor y endurecernos. Es por medio de la fe y la paciencia que heredamos la promesas de Dios.

1.       Jeremías tuvo paciencia en medio de un pueblo que estaba lejos de Él: “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua” (Jer. 2: 13). Pusieron su confianza en el templo en lugar de en Dios mismo. “Hurtando, matando adulterando, jurando en falso… ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa (templo) sobre la cual es invocado mi nombres, y diréis: Librados somos para seguir haciendo todas estas abominaciones?” (Jer. 7:9, 10).

2.     Jeremías tuvo paciencia en medio de falsos profetas y malos pastores. “Muchos pastores han destruido mi viña” (Jer. 12:10). Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar” (Jer. 50:6). “¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón?” (Jer. 23: 26).

3.     Jeremías tuvo paciencia en medio de confrontaciones. “Hananías hijo de Azur, profeta que era de Gabaón, me habló en la casa de Jehová delante de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo: Así habló Jehová de los ejércitos…”, y procedió a profetizar mentira, a contradecir a Jeremías delante de todo el pueblo. (Jer. 28:1-4).

4.     Jeremías tuvo paciencia en el sufrimiento y la persecución.  Fue acusado falsamente, calumniado, burlado, despreciado, odiado, amenazado de muerte muchas veces, azotado (20:1, 2), echado en el pozo (38:6), y encarcelado (38:26).

5.     Jeremías tuvo paciencia para seguir advirtiendo aun cuando no le escuchaban (25:3, 4, 7, 8). Les avisa que Babilonia atacará y conquistará y no lo creen (21:4, 5). Les aconseja a rendirse para ser salvos, no lo hacen (21:8, 9). Le piden consejo, se lo da y no lo siguen (42:19 y 43:7).

6.     Jeremías tuvo paciencia cuando todo fue perdido. Jerusalén ha caído, un pequeño remanente le lleva a Egipto y aun les sigue avisando, pero el pueblo se afinca en su idolatría (44:15-18). Aun cuando no le creen, les da una señal visible para que se despierten (44:27). Nunca se dio por vencido.

7.     Jeremías tuvo paciencia toda la vida y más allá de la misma para creer que después de su muerte Israel volvería a su tierra y la ciudad de Jerusalén y el templo serían reconstruidos (32:39; 33:6-9; 31:2-4 y 16-20). Murió en esperanza, creyendo en la venida del Mesías y la restauración del reino: “Esperanza hay para tu porvenir, dice Jehová” (31:17).