1 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres estaban todos bajo la nube y todos pasaron por el mar, 2 y en Moisés todos fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual,
4 y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la Roca era Cristo.
5 Pero Dios no se agradó de muchos de ellos, pues quedaron tendidos en el desierto.
6 Y todas esas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no seamos codiciosos de cosas malas, como ellos codiciaron.
7 Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, tal como está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantaron a divertirse.
8 Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y en un día cayeron veintitrés mil.
9 Ni tentemos al Mesías, como algunos de ellos lo tentaron, y eran destruidos por las serpientes.
10 Ni murmuréis, tal como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.
11 Y estas cosas les acontecían como ejemplo, y fueron escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.
12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
Santa Biblia: La Biblia Textual, Segunda Edición. 1999 (1 Co 10.1–12). Sociedad Bíblica Iberoamericana, Inc.
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