TIEMPOS PELIGROSOS[1]

“Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos” (Mat. 16:6).

Vivimos tiempos peligrosos. Las nubes tormentosas se acercan. Cuando estallará la tormenta no se sabe. Alrededor del año 1973, cuando la iglesia evangélica gozaba de un respiro a finales de la dictadura del Generalísimo Franco, David profetizó que la iglesia tendría que posicionarse frente a tres cuestiones que levantarían mucha polémica: el papel de la mujer en la iglesia, el tema del divorcio y segundas nupcias, y la homosexualidad. Aquella afirmación fue recibida con risas porque en aquel momento todo el mundo tenía muy clara la posición bíblica sobre los tres asuntos.

El aviso de Jesús de guardarse de la levadura de los fariseos y de los saduceos vino en el contexto de una gran confrontación entre los líderes religiosas y Jesús. Cuestionaban sus pretensiones mesiánicas y le pidieron que las demostrase con señales y milagros (16:1). Al final Pedro, como portavoz de los discípulos, se posiciona: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (16:16). Y en medio de esta sección vienen las palabras de Jesús: “Guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos” (16:5). Si los discípulos no se protegen de la enseñanza de los fariseos y los saduceos, ésta socavaría su confianza en la identidad y misión de Jesús. La levadura es una cosa pequeña que influye en toda una masa cuando es introducida. Jesús está diciendo: “Cuidado con sus palabras. Pueden crear dudas. Sus argumentos impresionan. Te hacen sentir torpe en comparación con ellos”. Por ejemplo, los comentaristas liberales suelen suponer que los Evangelios no tienen origen apostólico, sino que los evangelistas ponen en boca de Jesús cosas que nunca dijo, pero que, a su criterio, las congregaciones locales necesitaban oír. A fuerza de repetición, te preguntas: ¿Será cierto? Cuidado con la levadura. Entra sutilmente.

Si haces una encuesta hoy y preguntas si ciertas cuestiones éticas son pecado, la mayoría de creyentes contestaría que sí. De aquí a cinco años la respuesta será diferente, porque la levadura habrá hecho su trabajo. Los medios de comunicación te bombardean con la línea que es políticamente correcta. La mayor parte de los jóvenes aceptan estas prácticas. ¿Quién se atreverá a decir que tal conducta sexual es pecado si el resultado va a ser una multa, la cárcel, o si te quitan el empleo, o los hijos? Cuidado con la levadura.

Los discípulos malentendieron lo que Jesús estaba enseñando. Pensaban que les hablaba del pan que iban a comer al mediodía. Su mente estaba en lo material y no en lo espiritual. Lo mismo es cierto de nosotros. Oramos por lo físico, no por lo espiritual, por el cáncer de un hermano, no por su estado espiritual. ¿Cuál es más importante: la crisis económica o la crisis espiritual? La iglesia está demasiado comprometida con el mundo. La evangelización ha menguado. ¿Qué testimonio damos al mundo? ¿De qué maneras nos está invadiendo la levadura del mundo? Los partidos políticos se unen contra la postura cristiana como los fariseos y los saduceos se unieron contra Cristo. Hay que tener cuidado con las enseñanzas que escuchamos. Tenemos que estar en guarda. Viene la tormenta. Es fácil hablar de esto cuando no ha llegado, pero cuando estalle, ¿cuántos de nosotros estaremos dispuestos a seguir afirmando que esto o aquello es pecado y cuántos habrán decantado por los criterios del mundo?

[1] Basado en el mensaje dado por David Burt en la iglesia de Igualada, calle Pere Dalmases, 9/7/17.