RESUMEN DE 2 PEDRO

“De esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 1:11).
Pedro, con verdadero corazón de pastor, sabe que le queda poco tiempo en este mundo y se preocupa por la estabilidad y crecimiento de sus muy amadas ovejas cuando él ya no esté para protegerlas. Ve que uno de los grandes peligros que enfrentarán es la falsa enseñanza (2:1) y escribe esta carta para alertarles de esta amenaza. Para que no caigan en las redes de los falsos maestros, les enseña a los creyentes cómo crecer para protegerse (1:4-8), y describe a los falsos maestros para que los reconozcan (2:1-3 y 2:10b-19). Éstos se mueven por el libertinaje, sexo y dinero (2:14). Prometen libertad, pero no la dan, y son ellos mismos orgullosos esclavos de corrupción (2:19). Pedro habla del juicio que espera a estos falsos enseñadores (2:4-6) y de cómo terminan los que son engañados por ellos (2:20-22).
Entre otras cosas, los falsos maestros niegan la segunda venida de Cristo. Pedro da dos evidencias para apoyar esta doctrina: (1) él mismo vio al Señor en gloria tal como volverá (1:16-18); (2) las profecías del Antiguo Testamento (2:19-21). Los falsos dicen que el mundo sigue igual como siempre. Pedro contesta que no: tuvo su comienzo, fue destruido una vez, y tendrá su final (3:4-7). Luego explica que el Señor tarda en volver porque su tiempo no es como el nuestro (3:8) y que demora su regreso para que más gente se salve (3:9, 15). El Señor volverá (3:10-12), el mundo será destruido, y Dios hará nuevos cielos y nueva tierra donde mora la justicia (3:13).
A la luz de todo esto, debemos vivir en santidad (3:11, 14) y cultivar un carácter excelente, añadiendo a nuestra fe virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor para todos (1:5-7). Si hacemos esto, tendremos una vida fructífera, confirmaremos nuestra elección, no caeremos, y tendremos una amplia y victoriosa entrada en el reino eterno del Señor Jesucristo (1:8-11). Así que, para protegernos, hemos de guardarnos para no ser engañados y perder nuestra estabilidad espiritual (3:17), y crecer en la gracia y en el conocimiento del Señor (3:18).
Así Pedro puede partir de este mundo dejando protegidos sus amadas ovejas con este claro aviso, y no solo a ellos, sino a todos los creyentes de todos los tiempos hasta el día de Cristo.