BOXING DAY

“¡Gracias a Dios por su don inefable!” (2 Cor. 9:15).

            En Inglaterra el día de San Esteban se celebra con el nombre “Boxing Day”, el día de la caja. Tradicionalmente era el día cuando los empleados y la ayuda doméstica en las familias pudientes recibieron sus regalos. Los dueños les entregaban un regalo monetario en una caja, de allí el nombre. Los ricos recibían sus regalos el día de Navidad y los pobres el día siguiente.

Nosotros los siervos del Señor, recibimos nuestro regalo el día de Navidad, ¡y  todos los días sucesivos! Cada día tenemos un paquete nuevo para abrir, porque juntamente con Jesús Dios nos da todas las cosas. El texto siguiente enumera algunas de ellas. Jesús trae consigo:

·       Buenas noticias para los afligidos

·       Sanidad para los quebrantados de corazón

·       Libertad para los cautivos

·       Apertura de cárcel para los encadenados

·       Consuelo para los enlutados

·       El favor de Dios

·       Gloria en lugar de ceniza

·       Gozo en lugar de luto

·       Alegría en lugar del espíritu angustiado

·       Alabanza en lugar de vergüenza, confusión y deshonra

·       Doble honra y perpetuo gozo

      Is. 61:1-7

Todo esto es lo que Jesús vino para traerte. ¡Que lo desfrutes!, porque te corresponde en él. Estos fueron los versículos que citó el Señor cuando empezó su ministerio público: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y visto a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor”. (Lu. 4:18, 19). No continuó leyendo porque el versículo siguiente de la profecía de Isaías habla de su segunda venida cuando vendrá para traer juicio. Jesús lo tenía muy claro que esta vez había venido para proclamar el año del favor de nuestro Dios.

Así que, en el día de hoy, disfruta de su favor. Estás muy favorecida. Dios te ha amado y te ha mostrado su favor enviándote el don inefable de su amado Hijo, y juntamente con Él, todas las cosas: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Rom. 8:32). Ya hemos recibido el regalo más maravilloso que es posible tener, y juntamente con él, Dios nos dará todas las cosas. Cada día es un día de regalos para nosotras.